La situación es de crispación tanto dentro del instituto como desde el Ceip Almadraba, que son víctimas como nosotros de una mala planificación desde Consellería de Educación.
Como os trasladamos en la última asamblea, Pablo Ortega, no ve ningún problema en la falta de espacios, para que tanto los niños de infantil y primaria puedan disfrutar de un patio como es debido, (ahora tienen menos tiempo de disfrute de recreo que en otros colegios), y las continuas llamadas de atención para mantener silencio en patios y zonas comunes, (que no deberían de sufrir, porque son niños y tienen que tener libertad para poder serlo) para que en clases y/o exámenes de matemáticas o física o asignaturas en las  que los adolescentes de bachiller necesitan de máxima concentración, puedan tener un ambiente de silencio suficiente para escuchar y entender al profesor.
Nosotros sí creemos que esto disminuye la calidad de la enseñanza que se les ofrece a nuestros hijos. Y el problema se agravará cuando el colegio tenga completo todos sus ciclos, en un edificio que no ha sido concebido para ser un Ceipso, ni en forma, ni en extensión ni en medidas de seguridad.
Y los que más lo sufrirán serán los niños del Ceip Almadraba, que serán los que estarán como alumnos de secundaria en un Instituto super poblado, que no les podrá ofrecer más que ciencias o humanidades; pudiendo tener bachillerato internacional, o tecnología, o asignaturas optativas más diversas.
O como apuntan algunos, tendrán que hacer bachillerato nocturno, ya que la escasez de plazas de secundaria en la zona será una realidad.